lunes, 1 de agosto de 2011

Tu cultura y la mía


En mis primeros años como aprendiz formal del idioma inglés solía escuchar a mis maestros hablar acerca de la importancia de relacionar el nuevo vocabulario aprendido, en mi caso el inglés americano, con la cultura  americana. Para ello nos invitaban a formar parte del club de inglés en nuestras horas libres, a asistir a la sala de video a ver películas clásicas americanas, entre otras actividades. Debo decir que no todos los alumnos tomamos ventaja de esta oportunidad y los que sí, no lo hicimos con la asiduidad esperada. 



Más tarde, en mis primeros años como profesora, me di cuenta que no es solo un cliché el hecho de enfatizar la cultura del idioma que enseñamos y/o estamos aprendiendo. No bastan las ilustraciones del libro de texto ni los videos de colección de la escuela que muchas veces datan de hace muchos años atrás. Hace falta algo más. Eso explica por qué, a veces, es difícil explicar a nuestros alumnos algunas frases idiomáticas con un sentido que les suene familiar y coherente en su propio idioma.     


Esto es porque las palabras, sobre todo los sustantivos, están muy ligados a la cultura del país hablante. Desconocer esa cultura o conocerla parcialmente puede constituirse simplemente en un obstáculo que obscurece o dificulta el intercambio comunicativo más allá de los límites del entorno del aula de clases.


 
Ahora más que nunca, la tecnología y todo lo relacionado con ella, incluyendo obviamente el idioma, cambia con una velocidad asombrosa. Lo que existe hoy como novedad ya no lo será mañana. Cada día surgen nuevas creaciones intelectuales, artísticas, tecnológicas y con ellas se acuñan nuevas expresiones, nuevos sustantivos, nuevos términos.

Desde siempre la diversidad es uno de los aspectos del idioma que ha representado y representa un reto para profesores, traductores y estudiantes de una lengua.  Pero lejos de ser visto como una piedra en el zapato debería ser visto como una oportunidad para mejorar nuestra competencia lingüística en el idioma objetivo y en nuestro propio idioma. 


Tu cultura es diferente a la mía, así como mi país es diferente al tuyo y también mi ciudad y mi localidad. No basta con comprender a medias un idioma, hay que lograr que aflore el sentido pleno de cada mensaje sin pasar por alto las ambigüedades. Para ello la interacción con la cultura del idioma objetivo a través de las redes sociales, el arte y la lectura de publicaciones escritas como la prensa y la literatura debe ser prioridad. Y tú ¿qué opinas?